Hoy, 22 de marzo de 2020, y desde hace 23 años, se celebra el Día Mundial del Agua. La conmemoración de este día ha pasado desapercibida, y es que toda la atención está centrada en la nueva enfermedad denominada COVID-19, que está atacando a la población mundial.
No obstante, hoy más que nunca debemos recordar que muchas personas no tienen acceso al agua: a nivel mundial, más de un tercio de la población; y en el Perú, más de 3 millones de personas. Y es en estos momentos de emergencia sanitaria donde se exige a la población el lavado constante de las manos.
El objetivo de desarrollo sostenible ODS N° 6 tiene como metas, para el año 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos, así como acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados, mejorando la calidad del agua y con un mayor uso eficiente de los recursos hídricos.
El Perú tiene una gran brecha que acortar, implementando políticas públicas adecuadas, pero sobre todo, enfocarse en estos momentos de emergencia en las poblaciones más vulnerables de manera inclusiva.
Por nuestra parte, es importante que cuidemos el agua que tenemos, considerando que el Perú tiene el 1.86% del agua dulce de todo el mundo. No porque muchos de nosotros tenemos agua en abundancia a un precio razonable, signifique que la vamos a malgastar. Hace un días SEDAPAR alertó un aumento inusual del consumo del agua potable en esta semana de aislamiento social, haciendo un llamado a la población a que moderen su uso.
Una forma de medir cuánta agua podemos ahorrar, es calculando nuestra huella hídrica, donde se mide el agua que consumimos de manera directa, y el agua virtual, que es el agua que se utiliza para los bienes y servicios que consumimos. Lo que no se mide no se puede controlar.
Mi compromiso, hoy más que nunca, es usar el agua de manera responsable, en estos tiempos del coronavirus.